Hoy en día muchos profesionistas se ven interesados por las ventajas que el trabajo remoto trae a la vida. Pero también muchos se preocupan por no poder mantener la misma productividad desde su casa. 

Este temor a caer en las distracciones es común. Es cierto que el ambiente que genera una oficina sí influye para aumentar la concentración. Esto es de esperarse porque las oficinas son espacios diseñados para que los trabajadores se puedan enfocar en sus tareas.

Pero no solo es el espacio: el despertarse temprano, desayunar, vestirse y trasladarse, el llegar a un lugar en donde las herramientas están a la mano, donde todas las personas alrededor tienen el mismo objetivo, son actividades parte de un ritual que nos sirve para enfocarnos en nuestras tareas diarias de oficina. 

Eso nos lleva al primer tip para ser productivo en tu empleo desde el Home Office:

Inicia la mañana con todo

Intenta crear tus propios rituales de concentración. Despertar diez minutos antes de tu hora de comienzo no es la clave del éxito. Levántate con tiempo, desayuna o incluso haz ejercicio antes de empezar tu jornada. 

Prepara tu agenda del día desde un día antes

Si comienzas el día con las tareas por realizar ya definidas, ahorrarás tiempo para llegar a tu punto máximo de concentración. Al final de tus jornadas haz la lista de tareas por hacer para el día siguiente y verás la mejora en tu organización. 

Ten un espacio dedicado al trabajo

Un lugar con un poco de paz y donde otras personas o dispositivos no te interrumpan, donde tengas tus herramientas de trabajo a la mano y donde puedas estar en una posición cómoda para tu espalda por toda la jornada es más que suficiente. 

Mantente alejado del celular

Ten en cuenta siempre que el tiempo de recuperación de tu concentración después de una distracción es de veintitrés minutos, según un estudio realizado por la Universidad de California en Irvine. Es decir que cada vez que detienes lo que haces para ver una notificación de tu celular, le tomará a tu cerebro veintitrés minutos retomar el nivel de concentración que habías logrado antes de la interrupción. 

Una solución a este difícil reto puede ser poner tu teléfono en una habitación distinta a la que está tu zona de trabajo. Así estarás lejos de las notificaciones pero seguirás disponible si alguien te llama para una emergencia.

¡Tiende tu cama!

Parece un consejo que te daría tu mamá, pero Charles Duhigg revela este y otros datos relevantes sobre la productividad en su libro “El poder de los hábitos”. Estudios demuestran que el tender tu cama por las mañanas ayuda a tu cerebro a ser más productivo e incluso a sentir mayor bienestar. Piénsalo: el ver una cama tendida es un símbolo de que no es hora de dormir, sino de trabajar. 

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